Se llegó el primer debate presidencial y muchos constatamos lo que ya sabíamos.
Vimos a una Xóchitl preparada -como es ella-, segura y con propuestas. Respondiendo a todas las preguntas, sin titubeos, sin rodeos y de frente. Vimos a una Xóchitl conectada a la realidad, con datos duros, con ideas innovadoras, dejando claro que si alguien sabe usar para bien la tecnología y devolverle la esperanza a México; es ella.
Por el otro lado, la candidata de la continuidad se dedicó a lo que mejor saben hacer los oficialistas; evadir. Evadió su responsabilidad en los crímenes del Rebsamen y su negligencia en el manejo de la pandemia en la Ciudad de México, evadió cada una de las preguntas incómodas y con el clásico estilo obradorista se dedicó a mentir respecto a la política de salud de su gobierno en la Ciudad de México, a mentir respecto al índice de feminicidios -¿en serio cree que nos tragamos el cuento de que ese delito ha disminuido? – mintió sobre el combate a la corrupción y la transparencia en su gobierno y en el de López. Y lo peor; evadió la pregunta respecto a si investigaría la presunta corrupción de los hijos del Presidente.
Claudia también se mostró tal cual es; fría, calculadora, sin culpa, robótica y entrenada para mentir. Demostró que estaría dispuesta a ser una calca de AMLO.
Del otro candidato ni si quiera conviene hablar, es como si no existiera a pesar de sus intentos desesperados por hacerse notar. Y por su orquestada forma de atacar exclusivamente a la candidata de la oposición; nos queda claro de qué lado está Movimiento Ciudadano esquirol.
Xóchitl; ganaste el debate, eres muy valiente y por eso me identifico contigo, porque puedes hablarle a la gente de frente, mirándola a los ojos y porque no tienes nada que esconder. Gracias por regresarnos la esperanza, México cambiará contigo, tú serás nuestra Presidenta.
Palabra de norteña.