No es cosa menor que 7 municipios del área metropolitana de Monterrey se hayan posicionado como las ciudades más contaminadas del planeta el pasado 12 de enero. Entre ellos por supuesto está Cadereyta, donde se sitúa la refinería de PEMEX.
El problema de la contaminación y particularmente la calidad del aire se deriva de muchos factores, nos es reciente y ha significado ponerle más atención. Sin embargo es necesario, urgente, que desde el gobierno se realicen las acciones pertinentes no solo para combatir dicho problema sino para alertar a la población de la gravedad del problema.
Desde hace cuatro años he solicitado al gobierno que se active la alerta ambiental de manera inmediata y masiva como si se tratara de una alerta sísmica; pues creo que la ciudadanía debe estar enterada de la gravedad para que pueda tomar las precauciones y decisiones pertinentes. También he solicitado al gobierno y a PEMEX que se nos informe el estado que guarda la refinería de Cadereyta, pues al ser uno de los principales factores de la pésima calidad del aire que respiramos, ésta debería estar enfocada en modernizar sus procesos y sus equipos, aunque también como una política ambiental y económica, México tendría que estarle apostando a energías limpias y renovables.
Hoy, tristemente en Nuevo León vemos un gobierno callado, que sale con excusas que ya nadie les cree o simplemente mira hacia otro lado, muy lejos ha quedado ese candidato a gobernador que prometía castigar y exigir a todas las empresas contaminantes. Hoy solo vemos a un mitómano coordinador de campañas.
Y mientras tanto quienes vivimos en Nuevo León seguimos respirando veneno y pareciera que ahora estaremos sometidos a otra pandemia, la de la contaminación que amenaza con ser cada día más grave.
Palabra de norteña.