Desde 2018, la oposición lo advertimos; López Obrador y su “proyecto” de nación son un peligro para México.
Lo advertimos cuando inició destruyendo políticas públicas que fueron creadas para resolver problemas inmediatos del pueblo como la salud, los tratamientos contra el cáncer, las estancias infantiles y la seguridad.
Lo advertimos cuando decidió emprender una “reforma” educativa plagada de ideología y menoscabo de la preparación y el avance docente y académico.
Lo dijimos cuando desde su mañanera amenazaba y desprestigiaba a diario al periodismo libre, a la iniciativa privada y a la relación de México con el mundo.
Hoy, seis años después y con un resultado electoral movido por el miedo y por la compra de voluntades; México enfrenta una de las crisis institucionales más graves de estos tiempos, la destrucción de la división de poderes y la debacle del Poder Judicial.
Lo que vimos ayer en el Senado de la República, en donde la oposición intentó por todos los medios llevar a cabo un debate de ideas, argumentos y razonamiento que exigía el tema de la Reforma Judicial, en donde el oficialismo respondía con un simple “construyan sus mayorías” nos deja claro que a pocos les importa una verdadera y profunda reforma judicial, que lo que en realidad estamos enfrentando es una venganza planeada y con la fuerza de una maquinaria ideológica que persiste sobre la razón.
Vemos a una oposición resistiendo, a un Poder Judicial resistiendo ante los embates de un régimen que durante su primer sexenio ha buscado por todos los medios destruir a la República, controlar a la opinión pública dogmatizándola y persiguiendo a los opositores.
Esta semana será crucial para México, a pesar de las presiones, los Senadores tienen una responsabilidad histórica con el país, aún queda un último aliento y esperamos que actúen a la altura, que no claudiquen y no permitan que la destrucción avance.
Palabra de norteña ✍️