Sin duda, un nuevo año significa nuevas oportunidades para mejorar, para planear y albergar esperanzas. Debería significar lo mismo para México, sin embargo hay muchas situaciones que enfrenta nuestro país a las que simplemente no podemos darle borrón y cuenta nueva.
Tristemente iniciamos el año con malas noticias para nuestro país, inestabilidad económica, violencia, desabasto de medicamentos, continúa la división de la sociedad alentada desde Palacio Nacional, “corcholatas” en campaña violando la ley e involucrando en ello a los Diputados del oficialismo, donde hay una clara impunidad y abuso de poder, y a eso agréguenle una innegable crisis de legitimidad en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, todo ello sólo por mencionar algunas malas noticias.
Por ello, el 2023 se convierte en el año de los retos, será este año cuando más unidos debemos estar quienes estamos convencidos de que sí hay de otra y sí podemos salvar a nuestro país. Los retos son mayúsculos, no debemos quitar el dedo del renglón y seguir denunciando por las vías institucionales todo lo que se está haciendo mal en este gobierno que de transformación todavía no hemos visto nada y me temo que no lo veremos.
2023 es el año previo al cambio de Presidencia y tenemos que articular una gran estrategia como oposición para desalojar Palacio Nacional y todas las pésimas prácticas que desde el Gobierno se han estado orquestando y que han llevado a México a la debacle.
Será necesaria una clara visión de recuperación económica, de salvaguardar los derechos y las libertades de los mexicanos y reconstruir y defender las instituciones que durante tantos años le dieron forma a un sistema democrático en nuestro país.
No será un año fácil, pero sí de mucha responsabilidad y compromiso. No es momento de bajar la guardia, México nos necesita hoy más que nunca.
En Nuevo León no es distinto, tenemos el gran reto de no permitir que se repita el populismo morenista pintado de naranja. No permitamos que aquí se imponga una mini dictadura que no respeta las leyes, ni la constitución ni sus propias obligaciones. Aún estamos a tiempo y por cierto, el Congreso del Estado será clave en ello.
Pongamos manos a la obra, que esa lista de propósitos de año nuevo no sea en vano.
De cualquier forma, les deseo felicidad y mucha luz, ¡feliz Año Nuevo!
Palabra de Norteña.