Los procedimientos ciudadanos revisados y probados a nivel mundial tienen una constante; son promovidos por las personas para poder evaluar, reprobar o aprobar las capacidades y aptitudes del gobernante en turno. En el país de MALO estos procedimientos se han convertido en un infantilizado concurso de popularidad.
El país de MALO bien podría ser una suerte de quimera con lo peor de muchos otros países; hay por ejemplo, casi la misma cantidad de muertos que un país en guerra en el mismo periodo de días, también hay una alarmante cantidad de periodistas asesinados y censurados, como si fuera algún país de medio oriente, además, la violencia contra las mujeres es cosa de todos los días, en el país de MALO asesinan a 10 mujeres al día y por si fuera poco es uno de los más corruptos, el país de MALO se gobierna y se sostiene con mentiras.
Si usted viviera en el país de MALO muy seguramente su voto sería una exigencia para pedirle que se retire de una forma muy democrática, porque además déjeme decirle que estos ejercicios son extremadamente caros y lo más sensato sería poder atender otras prioridades como seguir comprando vacunas o medicamentos para los enfermos con cáncer, pero en este país, en el de MALO, las prioridades son otras.
Afortunadamente yo vivo en México y en este país somos más los buenos, lo que les acabo de platicar en esta columna es producto del imaginario colectivo, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Palabra de norteña.