Vagón fosfo, resultados grises…

Podríamos decir que nos sorprende que el partido del Gobernador Samuel García haya llegado al límite de utilizar recursos públicos para publicitarse y además, hacerlo en medio de una crisis del transporte público tan latente e insostenible.

Pero no, la realidad es que ya nada nos sorprende. Pues tanto el partido político Movimiento Ciudadano, como Samuel García se han esmerado en demostrar que para dar buenos resultados en política no tiene nada que ver la edad o los años que tengas de experiencia. Lo único que verdaderamente importa es la buena política que tiene que combatir a la mala política, con resultados y transparencia, seas de la edad que seas, del color que sea tu partido y de la preparación que hayas tenido (o comprado).

Iniciamos la semana con la pésima noticia; los vagones del metro lucen la propaganda de Movimiento Ciudadano, partido político del Gobernador de Nuevo León y del Alcalde de Monterrey; con color fosfo luce la leyenda de “Movimiento de la Alegría”.

Habría que preguntarle a los usuarios del metro y de los camiones públicos ¿qué tan alegres se sienten cada vez que lo usan?

Si se sienten alegres al tener que pasar horas esperando al camión, a veces víctimas de la inclemencia del clima y de la inseguridad. Habría que preguntarles si les causa alegría que el costo del transporte público siga incrementando pero su calidad siga empeorando.Es necesario preguntarles también si les alegra que mientras todos respiramos aire sucio, padecemos inseguridad y cero mejoras en la movilidad; el gobernador siga gastándose nuestro dinero en sus viajes por Europa y ahora también promocionando a su partido político Movimiento Ciudadano. Pareciera más bien que con su “Movimiento de la Alegría” Samuel se burla de todos los neoleoneses, mientras que él anda muy alegre paseándose en avión privado.

Por lo menos ahora, con el metro pintado de naranja, la gente recordará quiénes son los que aumentaron las tarifas del transporte y los responsables de que tarden horas para poder llegar a su trabajo y a su casa.

Palabra de Norteña.

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