No mires arriba

Monterrey es la tercera ciudad más contaminada de América Latina, sólo Ciudad Juárez y Lima, Perú, la superan. Las altas concentraciones de contaminación tienen una estrecha relación con el aumento de la mortalidad, en México mil 680 niños menores de 5 años mueren por esta causa cada año.

En Nuevo León existe el Sistema Integral de Monitoreo Ambiental cuyo objetivo primordial está orientado a evaluar la calidad del aire con la finalidad de vigilar las concentraciones de contaminantes del aire a las que se encuentra expuesta la población de la zona metropolitana y, bajo condiciones adversas, advertirle sobre los episodios de altos índices de contaminación atmosférica. Además de ello se cuenta con un Programa de Respuesta a Contingencias Atmosféricas, y con 14 estaciones de monitoreo de la calidad del aire, que funcionan de manera continua y automática y su operación se supervisa desde un centro de cómputo. Cada una de las estaciones cuenta con equipos para el análisis de monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, bióxido de azufre, ozono y partículas menores a 10 micras.

Cualquiera pensaría que teniendo todo un sistema de monitoreo ambiental, la ciudadanía se encuentra perfectamente bien informada y por lo tanto puede tomar decisiones a diario respecto a si se expone o no, por ejemplo, a realizar actividades al aire libre. Lamento decir que no es así, pues tan solo en lo que va del año 2022, solamente hemos tenido una calidad de aire moderada o aceptable 8 días. ¡43 días hemos estado expuestos a una pésima calidad del aire y nadie nos lo ha advertido!

Esto quiere decir, que aunque desde hace muchos años gobierno y sociedad se han ido poniendo de acuerdo para desarrollar un sistema que nos permita conocer lo que estamos respirando, éste todavía no es óptimo y requiere de muchas mejoras y protocolos para alcanzar su máximo potencial, pero lo más grave es lo que sucede hoy, alguien está ocultando la información. Un ejemplo de ello es que las Alertas Ambientales no han sido oportunas y tampoco han seguido un protocolo para informar a todos los ciudadanos, empezando por las instituciones públicas y privadas.  Por eso hemos estado exigiendo que éstas tengan la relevancia de una alerta sísmica. Tristemente, pareciera que también le ocultan la información al propio Gobernador, pues estoy segura que si él supiera lo que estamos respirando, ya habría tomado cartas en el asunto.

Y es que hoy no se trata solamente de salir a decir que tenemos un plan por el  “medio ambiente” o exigirle a las empresas que paguen impuestos “verdes” -por cierto una política fiscal que deja muchas dudas en el aire- sino se trata realmente de saber y de informar ¿qué estamos respirando?, todos. ¿Qué están respirando los niños con cáncer, los niños de capullos, la propia Mariana, los adultos mayores, los deportistas, todas y todos? ¡¿Qué estamos respirando?!

Exigimos conocer en tiempo real la calidad del aire. Ocultar las alertas ambientales no resolverá el problema. Ayer lo decía ante los medios de comunicación, la situación de contaminación en nuestro estado se ha vuelto ya tan grave, que a algunos no les conviene que se conozca la realidad y a veces nos sentimos tan ignorados y tan engañados como en esta sátira que salió recientemente en Netflix, Don´t look up, en donde se buscaba a toda costa ocultar la realidad. El problema es que hoy en Monterrey sólo basta con mirar hacia arriba, al cielo y ver la nata de contaminantes que estamos condenados a respirar.

Palabra de norteña.

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